El primer registro que tengo acerca de mi fascinación por el cabello, fue la larga y voluptuosa cabellera roja natural de mi madre.

Recuerdo la imagen duplicada en el espejo cuando se peinaba. Yo tenía apenas dos o tres años y me deslumbraba esa masa brillante y anaranjada que parecía un animal de fuego enroscado sobre sus hombros.

En esa época me gustaba observar mis manos, me pasaba largo rato estudiándolas, como intentando descubrir algo.

Dibujaba mucho y me gustaba ver sobre el papel blanco rondas de  sirenas, novias, gatos con sombrero  y caballos. También hacía collages con libros del antiguo Egipto y publicidades de los años 60 y fotos de pastelería.

Mis primeras impresiones visuales están vinculadas a los efectos de la luz y al contacto con la naturaleza  y se remontan a mis primeros años de vida, cuando pasaba horas en el pequeño jardín de mi madre, escondida entre las flores observando los colores translúcidos de sus pétalos bajo el sol, los destellos de la trama aterciopelada de las nervaduras de las hojas y el brillo tornasolado de las alas de los insectos.

En mi adolescencia me gustaba mucho el cine y la música pero después me enamoré del teatro. Aunque lo que me interesaba era la escenografía y el vestuario, realicé teatro independiente desde 1992 hasta el 2005.

En 1995 terminé mis estudios de Fotografía y comencé a dibujar de nuevo, pero esta vez con la luz.

Durante mi adolescencia me cortaba el cabello yo misma para encontrar algo diferente a los estereotipos de moda y tratamientos de peluquería. Buscaba algo propio, artístico y sobre todo natural.

Con el tiempo comencé a esculpir diseños originales en el cabello, inspirados en la estética japonesa, el cine, la escena musical británica, las artes visuales y en la experiencia del teatro. Finalmente el método de diseño natural del cabello exclusivo para mujeres se consolidó y denominó “Salón Rubí”.

Mi trabajo artesanal con el cabello me permitió integrar todas mis capacidades artísticas siendo autodidacta.  La técnica para confeccionar los diseños capilares naturales se desarrolló a partir de mi habilidad manual, mi experiencia en el dibujo, pintura, collage, fotografía, teatro y fundamentalmente mi curiosidad e imaginación.

Trabajar en el cuerpo de las mujeres deconstruyendo la estética femenina imperante, poniendo en valor la identidad para lograr autoestima, mediante una técnica artística propia con una ética basada en el respeto a la naturaleza, es una obra compleja, que implica un desarrollo constante a través de la riqueza del contacto humano, la creatividad en la búsqueda de nuevas formas y la excelencia.

Paula Yalú